HOLA, SOY IGNACIO

Soy músico de profesión, he dedicado treinta años de mi vida laboral a la dirección de coros y, sobre todo, a la enseñanza. Trabajaba en el Conservatorio de Palma de Mallorca cuando, una mañana, me levanté completamente sordo del oído derecho y de los sonidos agudos en el izquierdo. Mi cerebro emitía un sonido claro y constante, un fa sostenido agudo, que con el tiempo se transformó en el sonido del vapor a presión de una olla exprés. El ruido de la calle sobrepasaba con creces mi tolerancia, y los cláxones y sirenas habituales sólo eran dolor en mis oídos. Perdí la capacidad de ubicar el lugar de origen y la distancia de los sonidos. Tumbado en mi cama intentaba recuperar la serenidad escuchando obras musicales con un auricular a bajo volumen, pero la música carecía de emoción para mí. Todo era un caos a mi alrededor.

Recibí ayuda médica, de mi familia, mis amigos y sobre todo de mi mujer, Ana. De ella, la mejor de las ayudas, la que no se nota mientras se sufre y se reordena un mundo entonces a la deriva y sin sentido. Con el tiempo vinieron la aceptación y la posterior decisión de vivir las circunstancias sin dramatismo, con serenidad y curiosidad. Decidí reconstruir mi vida, no desde cero ni mucho menos, sino transformando mi relación con la música y con los acontecimientos vitales, por muy difíciles que fueran de aceptar. Durante todo este proceso no podía trabajar, así que tuve mucho tiempo que dediqué a un objetivo claro: entender qué me pasaba y por qué. Estudié sobre el cerebro y la neurociencia de la música. Cuando me di cuenta, estaba embarcado en una fascinante aventura desarrollando un método musical para gestionar mi estado de ánimo fortaleciendo la atención sobre mis propios pensamientos y emociones para gestionar con éxito mi comportamiento ante la adversidad.

Nunca recuperé el oído perdido, pero mi situación emocional y física mejoraron notablemente. De hecho, recuperé en gran medida mi comprensión de los sonidos, en cuanto a diferenciar las notas y los timbres. Aunque se mantuvo el ruido en mi cerebro, con dificultad volví a escuchar música, a tocar unos minutos al día, y a emocionarme con ella.

Este fue el punto de partida para definir y desarrollar el método Audición Plena de la Obra Musical y organizar cursos de Entrenamiento Musical de la Atención para grupos de particulares y empresas con un claro objetivo: mejorar la calidad de vida de los participantes, enseñando un método musical para autorregular el estrés y la conducta en situaciones cotidianas o especiales en la vida familiar y del trabajo.

A veces un gran problema te descubre de lo que eres capaz y te abre a nuevas posibilidades para seguir viviendo, aprendiendo y aportando a la sociedad. Esta es la verdadera enseñanza que me trajo aquella mañana del 3 de septiembre de 2011, en la que me levanté con una minusvalía que modificó la dirección de mi vida.

En resumen...

Ciencias de la música

90%

Neurociencia de la música

80%

Mindfulness

80%

Docencia y comunicación

90%

Tratamiento del estrés y la atención

80%